Rafael Zavala, representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Colombia,
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La FAO insta a llevar la solidaridad y la reconciliación a la Colombia rural

Insistió en la necesidad de integrar en la economía a los campesinos antes excluidos y ayudarles a producir a nivel local.

Colombia necesita construir lazos de solidaridad entre lo urbano y lo rural, así como proyectos de reconciliación que permitan desarrollar el campo tras el nuevo acuerdo de paz firmado por el Gobierno y las FARC, dijo hoy la FAO.

El representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Colombia, Rafael Zavala, destacó que el plebiscito del pasado 2 de octubre que rechazó el primer acuerdo fue un ejemplo de la "ausencia de solidaridad entre lo urbano (que votó en contra) y lo rural (a favor)".

En una conferencia en Roma, Zavala instó a construir proyectos de solidaridad y de reconciliación en el país, especialmente en las zonas rurales, "donde empezó todo el problema" hace más de medio siglo.

"El desarrollo rural es gran parte de la respuesta", indicó en alusión a uno de los puntos del acuerdo suscrito el pasado 24 de noviembre entre el Ejecutivo y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que fue refrendado la semana pasada por el Parlamento, lo que dio paso a su implementación.

El nuevo texto varía respecto al anterior al incluir aspectos como el derecho a la alimentación, una estrategia de conservación de los derechos naturales y el fomento de las asociaciones en la agricultura familiar, según Zavala.

Reiteró que la reforma rural integral pactada busca erradicar la pobreza, eliminar la brecha entre el campo y la ciudad, proteger el medioambiente, delimitar los límites de las tierras agrícolas y garantizar la seguridad alimentaria.

Para esto último, insistió en la necesidad de integrar en la economía a los campesinos antes excluidos y ayudarles a producir a nivel local, con fórmulas como las compras públicas de alimentos, para reducir la cifra de 4 millones de colombianos que sufren aún inseguridad alimentaria.

La reforma también plantea un fondo de tierras, la titularización de siete millones de hectáreas, un nuevo catastro, la división por zonas ambientales y planes de desarrollo, apuntó César Jerez, miembro de la Asociación nacional de zonas de reserva campesina.

Esas zonas, apuntó Jerez, ofrecen un marco legal para otorgar derechos a los campesinos como los títulos de propiedad y el acceso a la restitución de tierras, y tienen límites para que no puedan aprovecharse de ellas "terratenientes y latifundistas".

Consideró que la reforma rural deberá ejecutarse durante la próxima década y ahora se necesitan "arreglos normativos rápidos" para garantizar la participación de las comunidades rurales en el proceso, incluida la de aquellas familias que todavía siembran cultivos ilícitos como la cocaína.

Pedro Nolasco, de la Federación nacional sindical unitaria agropecuaria, recordó a los seis millones de desplazados que perdieron sus bienes por el conflicto iniciado "por la concentración de la tierra" y denunció el "abandono total" en estos años del sector rural, que tuvo como efecto la importación de alimentos.

Pidió amnistía para los dirigentes locales encarcelados por colaboración con los insurgentes o por la aplicación de leyes antiterroristas, así como la "reconciliación" del Estado con los campesinos.

El 6 % de los predios carece de propiedad en Colombia, donde solo se cultivan siete de los más de veinte millones de hectáreas aptas para la agricultura. 

EFE
 

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